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Elon Musk, el empresario que todavía funge como asesor de Donald Trump, intentó poner freno a los aranceles globales impuestos por el presidente de Estados Unidos, pero no tuvo éxito.
Según reportes de The Washington Post, el millonario llamó personalmente a Trump el fin de semana pasado para intentar convencerlo de dar marcha atrás. La conversación se dio luego de que algunos líderes empresariales que apoyaron económicamente a Donald Trump en su candidatura mostraran su desconcierto por su nueva política comercial.
Los nuevos aranceles llegan hasta 34% para productos chinos, 20% para la Unión Europea y más del 40% para otros países asiáticos.
La preocupación principal de Elon Musk y otros empresarios es que estas medidas arancelarias afectan directamente a las finanzas de sus compañías.
Por su parte, el inversionista Joe Lonsdale, también cercano a la administración Trump y fundador de Palantir Technologies, aseguró que los aranceles podrían ser un tiro en el pie para la industria local.
Además, señaló que habló con varios empresarios, quienes coincidieron que las medidas afectarían más a las compañías norteamericanas que a las asiáticas.
De hecho, algunos de estos empresarios comenzaron a organizarse durante el fin de semana para presionar a colaboradores de Trump, como el vicepresidente JD Vance.
Elon Musk, del lado de los empresarios
Durante una videollamada con políticos italianos, Elon Musk abogó por una zona de libre comercio entre Europa y América del Norte e insistió en que lo ideal sería eliminar por completo los aranceles.
Sin embargo, las ideas de Elon Musk no fueron bien recibidas por todos.
Peter Navarro, también asesor comercial de Trump, desestimó los argumentos de Musk, al asegurar que solo es un ensamblador de autos. Según el asesor, el empresario solamente está cuidando su negocio.
Para muchos otros, Elon Musk está diciendo lo que buena parte del sector privado piensa. Por ahora, Donald Trump no parece dispuesto a escuchar.