Hay pleito entre Trump y Elon Musk

france24.com

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su antiguo aliado, Elon Musk, protagonizan un interminable cruce de insultos, denuncias y acusaciones que no solo mancillan un vínculo político, sino económico. Tesla, el fabricante de vehículos eléctricos de lujo del que Muks es CEO, se ha llevado gran parte del impacto.

Si el vínculo político entre Elon Musk y Donald Trump fuera un matrimonio, Tesla haría el papel del hijo, el que suele sufrir en un mal divorcio.

Tras unas agitadas elecciones presidenciales en las que el magnate sudafricano sobresalió con sus millonarios aportes a favor del republicano, el fabricante de automóviles de lujo se convirtió rápidamente en el corazón de su relación.

El 11 de marzo pasado, el jefe de la Casa Blanca compró un lujoso Tesla rojo en una muestra de apoyo al excéntrico empresario, en medio de las protestas contra la compañía que dirige y la consiguiente caída del precio de las acciones.

Hoy, tres meses después, el propio mandatario estaría pensando en deshacerse de un vehículo por el que no aceptó ningún descuento y dijo haber pagado los 80.000 dólares que costaba, según ‘The Wall Street Journal’.

El Telsa rojo ahora es símbolo del fin (quién sabe si definitivo) de un idilio político y económico dinamitado entre insultos, amenazas y burlas externas.

De amigos a rivales

Una vez en la Casa Blanca, el hombre más poderoso del mundo (Trump) le encargó al más rico (Musk) -otrora uno de sus críticos- la tarea de liderar el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), con el fin de que usara su conocimiento gerencial para implementar un drástico recorte de gastos federales.

Con promesas de reducir gastos por dos billones de dólares en un año, el multimillonario terminó anticipadamente su gestión a pocos meses de haber asumido el cargo con un estimado de ahorro apenas superior a los 170.000 millones de dólares.

Pero el punto de quiebre de la relación fue ‘la gran y hermosa ley’ de Trump, un ambicioso proyecto fiscal que hoy recorre su camino legislativo y con el que el republicano busca recortar impuestos a gran escala y reducir gastos para acomodar la caja federal.

Según la propia Oficina de Presupuesto del Congreso -una entidad no partidista-, el plan aumentaría el déficit en 2,4 billones de dólares a lo largo de la década y dejaría a unos 10,9 millones de personas sin seguro médico.

Una ‘abominación repugnante’, en palabras del propio Musk, quien criticó abiertamente la iniciativa por considerar que lastraba su trabajo en el DOGE. Días después, puso un pie fuera de la Casa Blanca en términos aparentemente amistosos. Pero eso no duró mucho.

Una relación más allá de lo político

Un enfrentamiento abierto con Donald Trump podría plantear múltiples obstáculos para Tesla y el resto del extenso imperio empresarial de Musk.

Si el proyecto fiscal llega a convertirse en ley tal y como está, sus intereses comerciales podrían verse afectados, ya que entre las propuestas está eliminar en gran medida el popular incentivo fiscal de 7.500 dólares para vehículos eléctricos creado por Joe Biden.

Ahora, el altercado plantea nuevos desafíos. El Departamento de Transporte de Estados Unidos regula los estándares de diseño de vehículos y tendría una gran influencia en la posibilidad de que Tesla produzca en masa robotaxis sin pedales ni volantes.

Después del altercado, Trump también sugirió recortes a los contratos del Gobierno con las empresas de Musk, incluyendo al fabricante de cohetes SpaceX.

In light of the President’s statement about cancellation of my government contracts, @SpaceX will begin decommissioning its Dragon spacecraft immediately pic.twitter.com/NG9sijjkgW

— Elon Musk (@elonmusk) June 5, 2025

Todo se derrumbó… (hasta las acciones)

Tesla es, entre las diez empresas de mayor capitalización bursátil en el mundo, la de peor rendimiento este año. Cofundada y liderada por el magnate sudafricano, esta fabricante de vehículos eléctricos de lujo no atraviesa por su mejor momento.

Las controversias políticas de Musk, sus vínculos con grupos de extrema derecha y, ahora, su rencilla pública con el presidente, se suman a la caída de la demanda de vehículos eléctricos y su consecuente disminución de ingresos y ganancias.

Las acciones de Tesla subieron 4% en la apertura del viernes tras una fuerte caída en la sesión anterior del 14% que borró 152.000 millones de dólares de su valor en Bolsa. Sin embargo, su precio ha caído en una cuarta parte en 2025 y un 40% desde su máximo histórico postelectoral.

Cuando Trump ganó las elecciones, las acciones de Tesla subieron inicialmente porque los inversionistas apostaron por una menor presión regulatoria sobre los robotaxis. Pero se desplomaron debido a las bajas ventas y a las posturas políticas de Musk.

Siete meses después de los comicios, un Tesla modelo S rojo parece estar a la venta en el garaje de la Casa Blanca. Probablemente, sin ningún beneficio tributario.

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